domingo, 26 de julio de 2009

A veces sueño

Que puedo volar. A penas escucho ningún ruido pero puedo sentir el aire en mi cara; es una caída lenta, agradable, como sumergirse en unas aguas cálidas y veo perfectamente todo lo que me rodea mientras voy bajando entre las nubes. A veces, muy raramente aparece algún pajarillo que se me acerque normalmente se quedan distantes contemplando mi descenso y como hago alguna voltereta o me tumbo encima del viento y dejo que este me lleve mirando al sol hasta que todo se vuelve blanco. Todo lo de abajo tiene muy poca importancia cuando vuelo, se que está ahí, un montón de gris edificio, otro puñado de verde naturaleza y el sonido pulsante de la vida.
Cuesta mucho abandonar la comodidad de descansar encima de una nube, pero entiendo que al final decido ir bajando y como tantas otras mañanas no llego a recordar como he aterrizado en mi cama .