lunes, 2 de diciembre de 2013

El secreto.



   ¿Pero es que no sabes llevar las manos dentro de los bolsillos como todo el mundo? ¡Así es normal que estén heladas!. Me dice con cierto retintín.
 Ella toma mis manos heladas con las suyas que están casi hirviendo, como un pocillo de chocolate recién hecho.
Su piel es suave, es una sensación tan agradable que se extiende desde las manos por todo mi cuerpo como cuando el deshielo marca la llegada de la  primavera y el sol que alumbra en el cielo es esa sonrisa gigante que ella me regala a veces en ocasiones como esta y que me llega hasta el alma.

La vida son muchos pequeños momentos, pequeños tesoros y por supuesto, secretos. Aunque ahora ya os imagináis por que llevo siempre las manos fuera de los bolsillos por la calle cuando se que voy a verla. Es un sacrificio que merece la pena aun corriendo el riesgo siempre de parecer un tontiño. Termina la magia de ese instante y tras una buena conversación y una bebida caliente, es hora de despedirse hasta el próximo día y ya de vuelta, con las manos aun calentitas en los bolsillos me pregunto si alguna vez podré disipar esas nubes tristes de su mirada.

domingo, 3 de noviembre de 2013

XIII



  Nos escondemos tras unos muros tan altos que no podemos ver lo que tenemos delante. Toca huir, te levantas de la cama con lo que ha sobrado del día anterior o te han dejado. Baile de máscaras y supervivencia: llegarás lejos, si la vida no te devora antes. Si nadas mar adentro durante demasiado tiempo terminarás conectando con todo, pero tarde o temprano te ahogarás o te devorarán los peces. La felicidad es un estado mental necesario para sobrevivir al día a día. Unos pocos afortunados consiguen ver la realidad de este mundo injusto, desequilibrado y totalmente corrompido por nuestra mano; no es algo que una mente sana pueda soportar y terminan enfermando. Otros pocos valientes deciden que ya no quieren jugar más a que las horas se vayan convirtiendo en recuerdos y deciden pasar literalmente. Nuestro mundo y la vida es una máquina perfecta, si un engranaje se ha vuelto defectuoso o ya no es necesario para la máquina, lo hará desaparecer y creará otros nuevos para que ocupen su lugar. Sea cual sea el gran plan, no entiende de pequeñas personas, vidas, sentimientos y egos. Lo único que importa es que la máquina pueda funcionar hasta el final, si es que hubiese alguno, al precio que sea. Y nada más. ¿Pero qué cojones es esta mierda?.

domingo, 18 de agosto de 2013

19. Más cerca del cielo.




           Todo ha cambiado. Al principio cuando todo está reciente lo normal es tener sueños en los que aparece esa persona que falta, te unes más a una gente, te distancias de otra y te haces una serie de promesas que el tiempo va debilitando; Asumir que la realidad es que absolutamente todos estamos destinados al olvido y al vacío posiblemente sea un hecho que ni en la fase adulta (ni nunca) terminemos de asimilar. Simplemente no estamos preparados. La prueba es que si uno se pone a pensar seriamente en la muerte, se activan casi de inmediato todos los sistemas de "alarma, algo terrible está sucediendo" del cuerpo, como si nos estuviese dando un ataque de ansiedad. Somos supervivientes, seres cobardes (valientes) que nos adaptamos, en el fondo dando gracias inconscientemente de que solo nos haya salpicado la sangre y que el golpe de la guadaña, ese que quita la vida, se lo haya llevado otro. Vivimos y queremos vivir. Hay afortunados que se escudan en la religión del tipo que sea para sobrellevar el fin, afortunados vosotros a los que vuestra mente os permite tener fe, yo la mía la perdí hace mucho tiempo y de las religiones solo encuentro útiles para la vida ciertos aspectos de la filosofía budista.

Mi amigo era una buena persona, cuando nos conocimos, nos llevábamos a muerte y nos odiábamos; ese odio sano de la gente que compite, por ser demasiado parecida; con el tiempo nos hicimos muy buenos amigos ya que como he dicho, nos parecíamos mucho y nos gustaban cosas similares (como hacer sopa de madrugada cuando volvíamos de fiesta). Las tardes de charlas en el Sevilla, mientras se tomaba un café y fumaba, sabía escuchar y lo hacía, con esa sonrisa que tenía de oreja a oreja. Ironías de la vida, que la persona con más problemas, que más tendría que decir y debiera de hablar, sea la que escuche. Ahí admito que me mal acostumbraste, como nunca nadie me ha entendido como tú lo hacías, pues por norma general prefiero no hablar de lo mio con nadie, porque no me sale.

Podría transformar esto en una entrada nostálgica poniendo lo típico o hacerla épica pero sería de imbécil y egoísta, porque lo que echo de menos es que tengas vida en ese cuerpo que la perdió por pura mala suerte.

Después de tanto tiempo, te seguimos queriendo y nos acordamos de ti, cada uno a su manera honra tu memoria y nos llevamos una parte de ti con nosotros para siempre, porque las personas somos mucho más que un cuerpo pudriéndose en una caja.



sábado, 16 de febrero de 2013

Más relativa que nunca.


 Demasiado rápido; la verdad es que somos responsables de lo que pasa; echarle la culpa al de al lado es la moda, pero primero estabamos nosotros en la órbita del asunto. Toda esa corrupción que tenemos por encima, una gran parte, es un reflejo de todos nosotros, lo que quiere decir que una parte del plato de heces que estamos degustando muy gratuitamente, es de nuestra cosecha y aun encima, frío, que jode más. El día a día, demasiado yo y muy poco mencionar el tú o el ellos salvo para arrojar mierda, o por conveniencia, dos deportes de contacto en los que la mayoría del populacho es primer dan. Cuando la gente se aburre de su situación o de si misma tiende a reinventarse, cambiar la historia, las comas en las frases, poner alguna tilde, usar el lenguage sms y los más duchos en la materia se tiñen y cortan el pelo, escriben en un blog intentando llamar la atención, trolean alegremente por internet y sonríen cuando son empalados por el recto.

 Tenemos todo el derecho del mundo a que nos pasen cosas buenas, ser felices y disfrutarlas pero hay recordar que los amigos de verdad son muy importantes y hay que cuidarlos (ellos van a hacer lo mismo y los vas a echar mucho de menos cuando ya no estén), que el enemigo de mi enemigo NO es mi amigo (podrás juntarte para compartir necedades pero la instantánea desde el aire siempre será la de dos tontos hablando intentando justificarse) y que todo lo bueno de la vida empieza en la punta de nuestra nariz. Deberíamos de considerar un cambio de chip. Que ese yo se convierta un poco en ese tú.

 A pesar de lo duro del camino, si te paras un poco y consideras tus opciones frente a un problema, ¡Qué victoria señores!, ¡Qué victoria! y un simple cambio de actitud basta.