sábado, 16 de febrero de 2013

Más relativa que nunca.


 Demasiado rápido; la verdad es que somos responsables de lo que pasa; echarle la culpa al de al lado es la moda, pero primero estabamos nosotros en la órbita del asunto. Toda esa corrupción que tenemos por encima, una gran parte, es un reflejo de todos nosotros, lo que quiere decir que una parte del plato de heces que estamos degustando muy gratuitamente, es de nuestra cosecha y aun encima, frío, que jode más. El día a día, demasiado yo y muy poco mencionar el tú o el ellos salvo para arrojar mierda, o por conveniencia, dos deportes de contacto en los que la mayoría del populacho es primer dan. Cuando la gente se aburre de su situación o de si misma tiende a reinventarse, cambiar la historia, las comas en las frases, poner alguna tilde, usar el lenguage sms y los más duchos en la materia se tiñen y cortan el pelo, escriben en un blog intentando llamar la atención, trolean alegremente por internet y sonríen cuando son empalados por el recto.

 Tenemos todo el derecho del mundo a que nos pasen cosas buenas, ser felices y disfrutarlas pero hay recordar que los amigos de verdad son muy importantes y hay que cuidarlos (ellos van a hacer lo mismo y los vas a echar mucho de menos cuando ya no estén), que el enemigo de mi enemigo NO es mi amigo (podrás juntarte para compartir necedades pero la instantánea desde el aire siempre será la de dos tontos hablando intentando justificarse) y que todo lo bueno de la vida empieza en la punta de nuestra nariz. Deberíamos de considerar un cambio de chip. Que ese yo se convierta un poco en ese tú.

 A pesar de lo duro del camino, si te paras un poco y consideras tus opciones frente a un problema, ¡Qué victoria señores!, ¡Qué victoria! y un simple cambio de actitud basta.