domingo, 3 de noviembre de 2013

XIII



  Nos escondemos tras unos muros tan altos que no podemos ver lo que tenemos delante. Toca huir, te levantas de la cama con lo que ha sobrado del día anterior o te han dejado. Baile de máscaras y supervivencia: llegarás lejos, si la vida no te devora antes. Si nadas mar adentro durante demasiado tiempo terminarás conectando con todo, pero tarde o temprano te ahogarás o te devorarán los peces. La felicidad es un estado mental necesario para sobrevivir al día a día. Unos pocos afortunados consiguen ver la realidad de este mundo injusto, desequilibrado y totalmente corrompido por nuestra mano; no es algo que una mente sana pueda soportar y terminan enfermando. Otros pocos valientes deciden que ya no quieren jugar más a que las horas se vayan convirtiendo en recuerdos y deciden pasar literalmente. Nuestro mundo y la vida es una máquina perfecta, si un engranaje se ha vuelto defectuoso o ya no es necesario para la máquina, lo hará desaparecer y creará otros nuevos para que ocupen su lugar. Sea cual sea el gran plan, no entiende de pequeñas personas, vidas, sentimientos y egos. Lo único que importa es que la máquina pueda funcionar hasta el final, si es que hubiese alguno, al precio que sea. Y nada más. ¿Pero qué cojones es esta mierda?.

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